Uno de esos de hace más de treinta años, mantenido con devoción. La barra, las tapas primero, el café y las copas después. Hoy, además, música en directo. Un público heterogéneo y normal. Muchos clientes fijos, otros remember y tal. Gente de edades cercanas, fauna variada a la que mirar, qué placer sin disimulo. Aquellos cuatro de espaldas, más que cincuentones ya, qué solos y qué compañía entre ellos. Más allá el dueño y una mujer; se nota, lo viven, quieren silencio. Me abstraigo en la caja de sonidos que mezcla música, palabras, ecos y risas, ¿qué has dicho?, te había entendido mal.
Estas amigas de aquí se han puesto muy guapas, están muy cerca y escucho "psiquiatra" sin parar pero se ríen, jajaja. A la izquierda "no puedo entrar, el correo no me deja". Hay quien se lía un cigarrito, pero no sale a la calle a fumar. Me imagino el humo de antaño flotando entre las luces que han bajado y azul. Unos prefieren vaso, otros balón. El solitario con su cerveza eterna y medio vacía y una bolsa encima de su trozo de local mira raro, creo que ha venido a olvidar. El bajo baila con el instrumento, a cada nota cambia la expresión. A lo suyo, aplausos y cañita que invita la casa, solo en un sitio así los músicos no beben whisky ni gin. La camarera baila levemente, el camarero nos ofrece un pacharán. Venga, otra y nos vamos; es sábado y mañana Dios dirá.
Estas amigas de aquí se han puesto muy guapas, están muy cerca y escucho "psiquiatra" sin parar pero se ríen, jajaja. A la izquierda "no puedo entrar, el correo no me deja". Hay quien se lía un cigarrito, pero no sale a la calle a fumar. Me imagino el humo de antaño flotando entre las luces que han bajado y azul. Unos prefieren vaso, otros balón. El solitario con su cerveza eterna y medio vacía y una bolsa encima de su trozo de local mira raro, creo que ha venido a olvidar. El bajo baila con el instrumento, a cada nota cambia la expresión. A lo suyo, aplausos y cañita que invita la casa, solo en un sitio así los músicos no beben whisky ni gin. La camarera baila levemente, el camarero nos ofrece un pacharán. Venga, otra y nos vamos; es sábado y mañana Dios dirá.
Qué lugares los bares, no debo ser tan mayor. Algunos estan vivos y contagian a poco que me deje llevar. Me gusta el ambiente, la común conversación. Vuelvo a casa contenta y aunque el letargo es igual me traigo un anuncio de recuperación. Qué calor el amor en un bar.