jueves, 24 de noviembre de 2011

personas 2


Pablo tenía los dientes torcidos, usaba calcetines blancos  y con su moto macarra se tumbaba en las curvas. Pablo es cura. Ha bendecido casas, cabezas, frentes, medallas y cruces, ha ido midiendo la nariz de nuestros hijos. Se ha puesto un gorro para hacerles reír y eso no lo olvido.

Pablo tiene depresiones y toma pastillas, dice que son su particular puesta a punto de humanidad débil y herida. Eso y los aparatos para enderezar su dentadura, nunca es tarde si es buena la dicha. Pablo predica con pasión sobre todo cuando habla del Niño; es entonces cuando vuelca toda su capacidad de amar, de emocionar a quien le escucha y su ternura.

Pablo viene todos los años en Navidad, le cantamos el vuelve a casa del turrón y nos riñe. Porque no hemos colgado ese cuadro, porque somos unos dramáticos perdidos... Ahora conduce una motito también macarra pero más vespino y dice que va a llevarse de paquete a alguno de los chicos, que nos está haciendo falta una buena multa.

La sobremesa siempre empieza igual: cómo estáis de viejos todos, cuántos años habéis cumplido este curso. Y dentro de sus relucientes zapatos casi se ven unos calcetines de rayas, o me lo imagino. A él correpondió el honor de romper la primera figura del belén, agitándola se empeñó en que era de plástico. Luce manca desde entonces, todos lo somos un poco.

Pablo sigue siendo un tanto macarra, pero es cura y un buen amigo.

martes, 22 de noviembre de 2011

ejercio natural



Oí el otro día a alguna pseudo periodista recalcitrante en todo que no creía en las nuevas formas de comunicación. Yo tampoco. Pero qué curiosa incoherencia, he decidido descararme con mis muy queridos lectores y declaro que hoy, y solo hoy, es día de besos y abrazos. Se valen piropos. Hoy creo en los mensajes cortos. En realidad también me da risa poner el pulgar hacia arriba o hacia abajo y ser una de las 165.076 fan de señoras que se cruzan la bata antes de decir algo importante. Declaro que me lo paso bien con el blog, que me encantáis vosotros, que le dáis vida, que a veces pocas palabras dicen mucho y que desde aquí se le ve la cara a gente. Os tengo mucho cariño. No voy a justificarme, puedo ser cursi si quiero, qué pasa.

domingo, 20 de noviembre de 2011

post conceptual



Solo quería pasar la página. Gracias.

jueves, 17 de noviembre de 2011

una historia electoral


En aquel pisito sin ascensor y sin persianas, viven Lucía y Manuel con su hijo y Maruja, la abuela.

Ernesto trabaja en un almacén como transportista y entrega medio sueldo a sus padres cada mes. El otro medio lo guarda para independizarse más adelante. Algún día. A Manuel se le acabó el paro hace tiempo, y el subsidio. Se queda en casa cada día y atiende a Maruja que está impedida. Una ambulancia la recoge una vez al mes para llevarla al hospital, son chicos fuertes que pueden bajarla desde el cuarto con una camilla. Lucía trabaja en una casa por las mañanas; limpia, plancha y cuida a otra familia que no es la suya.

Las intrahistorias de esta historia están cosidas con mucha amargura, pero también con mucha risa. Hay que oir a Lucía hablar del sálvame, del csi, y de las películas de malos que tanto les gustan. Cada noche se juntan los cuatro a discutir frente a la tele, la abuela siempre dormida, sobre qué haran cuando las cosas cambien  y arreglen la caldera y cambien la lavadora que se sale sin dar tregua cada vez que echa Lucía el agua caliente en el tambor, porque no llega a la tubería.

Cuando empiezan los espacios electorales bajan el volumen y sacan al pájaro de la jaula en la que está todo el día. Para que vuele, dicen.

lunes, 14 de noviembre de 2011

su cara de cariño


Mari Paz dijo a los niños de su clase de 5 años que describieran a su madre ya que el lunes siguiente habría una reunión y quería saber cómo eran para reconocerlas.

Miguel dijo que su madre era alta, morena y delgada.
Carlos dijo que su madre era baja y un poco gorda.
Luis dijo que su madre era rubia y llevaba gafas.

Cuando le tocó a Alvaro, dudó:
- Mi madre es rubia pero... bueno, la conocerás por su cara de cariño.

Me lo contó la madre de Alvaro cuando le pregunté cómo le iba. Y comprendí a Alvaro, porque mientras me decía cúantas veces tropieza y se levanta su hijo, reconocí en su gesto lo que hace que él, a pesar de todo, tenga fuerza de sobra para seguir adelante. El gesto más poderoso del mundo. 

jueves, 10 de noviembre de 2011

lunes, 7 de noviembre de 2011

a cuestas con la basura

Hoy me ha dado por pensar en la basura. He ido a la caza y captura de imágenes en google porque algo me inspiraba y no sabía qué era. He encontrado material para una serie pero he parado porque no quería dejarme llevar por lo que veía. Lo que quería contar era esto:  

Ni a base de encargos, ni por indicación o ruego, ni súplicas. No por propia iniciativa. Como por encanto disminuye a base de aplastamiento; un rato más hasta la cena, igual cabe el desayuno. La basura no es de nadie, no tiene dueño. ¿A quién le interesa la basura? Total es atar un nudo, abrir la puerta, bajarla al cubo... pero nadie quiere la basura. La basura tiene un punto en que el aplastamiento no sirve y rebosa, te pongas como te pongas rebosa. Está bien, hay que apurar la bolsa, lo comprendo. Pero luego tiene un recorrido, fluye, sigue. No es un ciclo que termina cuando la dejo en la esquina a la espera de que otro ser más comprensivo, servicial y dispuesto decida continuar su camino, ¿sabes?, ese ser no existe. A nadie le gusta la basura.

El hecho de desenrollar otra bolsa, agitarla e hincharla como un globo, una bandera, con olor a limpio, el colocarla en el cubo me parece magnífico. Pero a nadie le gusta la basura. 

Da mucho que pensar lo que tiramos y cómo lo tiramos y quién la tira. Por nuestras basuras nos conocerán, también. Hoy tengo un día amargo, puede que por eso me haya dado por hablar de basura. Otro día hablaré de ratones, que también me apetecía.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

personas 1



Carmen es guapa, gordita e inmensamente rica por lo que ha deducido C. en base al número de televisores  por habitante que hay en su casa. Carmen tiene amigas, pero a veces se ríen de ella cuando aparece vestida de fiesta para ir a merendar al burguer, siempre con bolso, siempre perfecta. Carmen tiene una adaptación curricular, porque no es lista.  Cuando sonríe sus ojos azules iluminan todo el barrio y en los hoyuelos de sus mejillas cabe un mundo entero.

Carmen ha celebrado su cumpleaños y ha invitado a todo el mundo a un planazo en el que no faltaba  nada y que no cuento por no dar envidia a nuestros jóvenes lectores... o a otros. C. nunca había venido tan contenta. Por sumar alicientes se mojaron cual peces en una fuente mientras Carmen sonreía. Lo sé porque he visto fotos.

La madre de Carmen también sonríe, le gusta el fútbol y tiene un marido guapísimo. Otros hijos que son querubines y dos jacuzzis en su casa. Tiene los mismos hoyuelos que su hija.

C. quiere que tengamos muchas teles y los hoyuelos de Carmen. Yo quiero el secreto de su sonrisa.