lunes, 29 de marzo de 2010

disfrutar el silencio



Quiero escribir una página de silencio. El de fuera, lejos de los ruidos habituales, relaja y ralentiza. Y el de dentro, que nos pone ante el espejo de quien somos y , para los que creemos, ante Dios.
Lo que está tras esas notas es siempre diferente. Cuando se prueba pueden  gustarse todos los matices y tonos. Hasta los que no esperamos. Y es que en un concierto ruidoso y polifónico, se agradece mucho que el silencio sea simple. Y nos llene tanto.

domingo, 28 de marzo de 2010

postcomentario


Queridas lectoras y sin embargo amigas blogueras: he pensado seriamente en vuestros comentarios y abducida de nuevo por poderes paranormales he decidido formar una asociación,  animada por la idea de Sunsi. 
Sólo me queda hoy, esta mañana, para ponerla en marcha. Luego permaneceré callada unos días. O tal vez  escriba  una página de silencio.
Vivir pegada a una coleta  bien merece una organización de mujeres guapas y listas.
Mariapi, eres el germen de la revolución. Sunsi, tú  la agitadora de masas. Tú, Ana, la filósofa. Yo me pido la del libro.



Gracias. Sois muy simpáticas.
lolo

sábado, 27 de marzo de 2010

Tono; de la boda al nuevo milenio


El post de una madre antisistema (y aquí pongo el enlace y funciona) me ha hecho recordar  mi entrada en el nuevo milenio. Era tal la sensación de que todo iba a cambiar con el 2000, que se me ocurrió poner algo de mi parte. Lo que tenía más a mano, lo más fácil, era decidirme de una vez por todas a cortarme la coleta que antes fue trenza y llevaba desde los tiempos de maricastaña. Pero como no quería un cambio de look cualquiera anuncié a bombo y platillo, entre mi madre y hermanas claro, que iba a ir a la peluquería. No a una peluquería cualquiera. Iría a que me renovara por completo la imagen el peluquero que me peinó el día de mi boda. Por entonces, 14 años antes, era un buen peluquero sin más. Pero se había convertido en famoso y conocido entre los figurones... de mi ciudad.

Cuando voy a hacer algo que me resulta difícil  o me incomoda, me entran  a veces unas energías paranormales y me convierto en un apisonadora de fuerza, decisión y arrojo... Aún no había cruzado la puerta y ya pregunté por el peluquero. Por supuesto quería que fuera él quien me atendiera. Salió de  un salón interior y me miró entre sorprendido y asqueado. Conste que yo me había arreglado ese día y me encontraba bastante mona. Y ahí empiezo yo a hablar como una ametralladora; le digo mi nombre, le recuerdo el moño de mi boda catorce años antes, le pregunto si se acuerda... me mira. Le explico cuál es el motivo de mi visita, le hablo del nuevo milenio y él... llega  un momento en que me dice "ponte una bata".

La bata era negra y me pasaron al baño para que me cambiara. Yo seguía decidida, muy claro todo. Me lavaron y pasé al tocador, que era hollywoodiense total. Rodeado de bombillitas  el espejo y cien o más tarritos de todo tipo de pociones mágicas y  maravillosas. Leí algunos envases y lo que prometían mientras esperaba la llegada del mago peluquero. Yo seguía confiando en todo aquello, pero tanta bombilla, no sé, empecé a sentirme rara. Me entretuvo una chica encantadora a la que por supuesto le conté también lo del milenio, la coleta y... estaba muy nerviosa y no quería que se notara. Yo creo que no se notó.  Me peinó con el pelo limpio y muy mojado: raya en medio, liso, larguísimo entonces. Me lo dejó aplastadito, pegado a la cara,  lánguido del todo. Yo me miré en aquel espejo de las estrellas y vi la realidad.  Pero bueno, de eso se trataba, venía dispuesta a ser una nueva mujer para el nuevo milenio.

¿Qué querías hacerte? dijo Tono.

Como ya le había contado el rollo del milenio y mi valentía empezaba a decaer , me salió la Lolo real. Quiero un cambio, pero no muy corto, que me lo pueda peinar bien en casa, que no necesite mucho retoque, que me pueda coger la coleta, no quiero flequillo, que me de un aire un poco diferente, no quiero flequillo, que me favorezca pero...
Extiendió sus manos hacia mi cara y me aplastó aún más el pelo, me peinó las cejas hacia abajo también y me dijo...Todo para abajo ¿lo ves? toooodo para abajo, esto es lo que tú tienes que cambiar. Mientras lo decía me aplastaba más y más el pelo y los mofletes y las cejas. Y yo me miraba aterida en el espejo de las  estrellas sin saber qué hacer... Y las perlas y todo beig. Tú no puedes dar  un cambio si te empeñas en seguir así. Las perlitas, la coleta, todo para abajo... ¿ves? Y yo me seguía mirando entre las bombillas y los tarros y me estaba mareando de rabia. Lo malo es que me parecía verdad lo que decía. Me miraba y me daba una pena horrible, todo para abajo. Las arrugas, las cejas, el pelo, hasta las orejas me parecía que caían hacia abajo.

Y entonces cogió las tijeras y dijo: yo sé lo que tú necesitas. Un cambio de look empieza por dentro, tú no puedes seguir con las perlitas y el beig, el melenón y el mismo marido de hace catorce años. Ahí me fundí,  me fundí del todo. Pero las fuerzas paranormales, ya se sabe, paralizan . Luego me di cuenta de que tendría que haberme levantado e ido. Con la bata puesta  y el pelo mojado y  mi dignidad. A la calle, a casa.  A empezar el milenio con el pelo aplastado. Me lo preguntaron mis hermanas ¿y no te fuiste?

Pues no. Me quedé allí sentada con cara de mema y dejé que aquel impresentable me cortara el pelo. Hay cosas que dijo que no puedo contar. Sólo diré que me habló de ropa interior y de otros cambios de por dentro que él consideraba esenciales si quería renovarme. Y lo aguanté todo, todo, delante de las bombillitas y con las cejas para abajo y las arrugas y el pelo mojado y en desorden. Salí de aquel aciago lugar con una melenita capeada y estúpida. Y con flequillo. Me cobró un congo y me despidió en la puerta con una sonrisa triunfadora. Dijo que no se acordaba del moño de mi boda.

Empecé el milenio como pude, entre arrepentida e iracunda. Pero todo aquello quedó en nada porque en diez años ya me creció el flequillo. Y llevo los mismos pendientes. Sí, fue muy gracioso. Cuando cumpla mis bodas de plata volveré a visitar a Tono. Estoy preparada.


Dedico este post a mi hermana, sí tú, que sé que me lees y  te acuerdas de lo que nos reímos de aquel día.
Y a Sunsi, para que hable de mi capacidad de síntesis.

jueves, 25 de marzo de 2010

los niños del cable


 ¿Tienes seis minutos y cuarenta y tres segundos?  

miércoles, 24 de marzo de 2010

los globos de ayer, las piedras de mañana


Paso por el blog , veo los globos y  pienso: hay que ver, Lolo, lo tuyo tiene delito ¿cómo se te ocurre poner esa foto?  Y es que somos personas cambiantes. O vivas, si se prefiere.
 
Por eso un día me gusta un globo y al siguiente una piedra. Por eso lo que hoy me enternece, mañana tal vez no. Por eso hoy tengo ganas de salir a la calle y respirar, y mañana por nada saldría de casa. 
Nos empeñamos en opinar e imponer criterio. Pero el día a día nos enseña que pocas cosas son inamovibles. Los que nos rodean nos moldean, nosotros mismos crecemos, vamos incorporando. 

Bueno, el resumen de todo esto sería que los que diseñan el blogger éste, deberían pensar en la posibilidad de poner una página en blanco entre post y post. Porque si no, o escribes otro detrás igual de chungo que éste, o tienes que borrar alguno, o te quedas con los globitos.

Lo que no sé es si la vida nos regala páginas en blanco (quede claro que ésta no es una entrada seria, tampoco... vaya)

sábado, 20 de marzo de 2010

postponer



Llevo días proponiéndome una entrada seria. Para darle al blog un aire riguroso, concienzudo, magistral...
Llevo días pensando en cuál será el tono... y el fondo también. Y no me sale, qué cosa. 

Creo que lo que pasa es que no soy nada de eso. Y claro, uno no puede escribir lo que no es.
Además los niños tiene unos días de descanso, los horarios son mucho más flexibles y a mí me entra esa alegría tonta de verlos sin demasiada obligación. Me gusta que estén en casa, que vagueen un poco, que jueguen (más, quiero decir) y que se rían (más también)

Todo esto es bastante incompatible con esa entrada seria, concienzuda y rigurosa que un día escribiré. Mientras tanto, somos una familia afortunada.



viernes, 19 de marzo de 2010

intentando la alegría




  No sabemos cómo. El ruido, el humo, el fuego... 
Feliz día de San José.

jueves, 18 de marzo de 2010

cocina fusión


No hay nada que me guste más que un bocata de jamón y una cerveza.

Hace no mucho fui al médico, nada serio. Me pesó y midió como si fuera pequeña. Tomó la tensión y me hizo algunas preguntas. Me conoce hace años y no puedo engañarle. El sabe muchas de las causas de mi poco saludable vida. Pero esta vez se puso serio. En lugar de atacar otros frentes  fue directo al grano. Y dijo: debes comer pensando en la calidad. Y me sugirió un plato de jamón ibérico con una copita de vino.
 
¿Por qué siempre tengo que elegir?

lunes, 15 de marzo de 2010

siempre consigo lo que me propongo



Esta mentira fue la que me hizo enlatar a las demás. La oí el otro día, no me acuerdo dónde. Algo me saltó dentro. Lo decía una chica con una cara muy seria. Y sonaba a... cuando me pongo no hay quien me pare, soy una máquina conseguidora ¿no ves el triunfo tatuado en mis antebrazos?

A lo mejor fue porque ya me tengo demostrado lo de los imponderables. Casi toda mi vida está basada en los imponderables. Para poco me sirven mis fuerzas. 
Cuando consigo algo a golpe de empeño me sabe muy dulce al principio. Saladito mejor, que el dulce me empalaga. Pero es un sabor a lata, que dura poco y está lleno de burbujas que me pican en el paladar. Luego... luego nada.

A veces intento cosas. Y si no salen, me aguanto.

sábado, 13 de marzo de 2010

algunas mentiras enlatadas



Siempre consigo lo que me propongo.
No me arrepiento de nada.
Perdono pero no olvido.
Que sea la última vez.
A ver cuándo quedamos.
Por ti no pasan los años.
La vida son cuatro días.

miércoles, 10 de marzo de 2010

la teneté



Se acabó la tele. Llega la teneté.
Hace un rato se instaló en nuestras casas. Y han sido muchos años haciéndonos compañía, hasta que se convirtió en una invitada incómoda. Ahora se va, pero se queda en un cacharrito nuevo que no sé yo a cuántos  llegue ni qué nos traerá.
De momento nos la están montando. A ver, a ver, qué nos trae la teneté.


lunes, 8 de marzo de 2010

viernes, 5 de marzo de 2010

la tienda en casa



A veces, cuando no puedo dormir, pongo la tele. Esos canales que anuncian productos insólitos para mí y me dejan absolutamente incapaz de pensar; aparatos para  hacer abdominales, cortar zanahorias en paillete o plantillas para aumentar de estatura. Y otras muchas cosas que conozco pero no cuento por no parecer más friki. Me dejan extasiada, en serio. Cuánto más largos más me gustan, me sirven, quiero decir. Hacen bucles con las imágenes y juego a adivinar desde qué punto retomarán el mensaje y cómo conseguirán que alguien piense que necesita lo que anuncian.

Ayer acompañé a una amiga a comprarse un pantalón. Donde vivo los pueblos son barrios que se han unido y forman parte de la ciudad. Número diecinueve, tercer piso. Andando y timbre, dos puertas por planta. A la derecha un cuartito estrecho y largo con un espejo en la pared y dos colgadores. Ropa en perchas de plástico, en un orden que no alcancé a comprender. Una talla por chaqueta, blusa, pantalón... no me gusta la palabra prenda. Mi amiga se prueba. Dice que son los que mejor le sientan. Tiene razón, supongo. Pasamos a otra estancia algo más grande con estanterías y cajones. A la vista ropa de hace años, en los cajones la nueva temporada, nos dice. En una silla una mujer joven le da el pecho a un niño de cuatro o cinco meses . Al fondo una máquina de coser, también hace arreglos. 

El martes le traerá su talla. Al salir, compramos verdura en la esquina.

jueves, 4 de marzo de 2010

un look

Y decía: Deja que la vida te despeine. Pero claro, acabas así.

martes, 2 de marzo de 2010

desde su orilla

Conversación en la merienda. Les oigo desde mi sitio y parece que hablan en serio. Están de exámenes.

Si aprendo a jugar bien al diábolo podré ganarme unas monedillas. Patinar en Carrefour ya puedo,  se me da muy bien. Me voy a tostar el pan, que está más bueno. Risas. Me sale un tres con veinticinco de media. Risas.  ¿Me dejarás vivir en tu casa? Pero a ti lo del diábolo no te sale. Bueno. Más risas. Cantan. Media hora.

Si yo fuera una madre de buen rollo y muuuy positiva, me fijaría sólo en la parte que se refiere a vivir unos con otros cuando se mueran de hambre con el diábolo. Pero ni eso. Risas.

balance feb.

Se acabó Febrero y voy a sacar conclusiones.

Me gusta más ahora que al principio.
He aprendido a poner música.
Es divertido escribir sin que (casi) nadie lo sepa.
Este blog no tiene rumbo.
Me hace sentir muy bastante libre.
Creo que voy a perder la vergüenza.
Me ayuda a conocerme.

Es positivo pero mejorable, creo. Voy a seguir un tiempo más.